El Gobierno de Enrique Peña Nieto presentó un sobregasto que rebasó los 2 billones de pesos, según datos de la cuenta pública.
El gasto total ejercido superó el presupuesto aprobado en cada uno de los seis años, en promedio el monto excedido durante el sexenio fue 7 por ciento superior a lo autorizado.
En 2016 fue donde se registró el mayor sobregasto, ya que fue del 12 por ciento, se tenía un presupuesto de 4.8 billones y se gastó 5.4 billones.
El gasto ejercido es regularmente mayor al aprobado por la Cámara de Diputados, aunque el balance presupuestario se mantiene en el mismo nivel aprobado debido a que el mayor gasto se financia con ingresos excedentes y por medio de reasignaciones, explicó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre la auditoría de la cuenta pública 2018.
En parte, el sobregasto puede explicarse por la tendencia a presupuestar niveles de ingresos bajos, que al final de año eran superados y permitían disponer de recursos excedentes, los cuales se repartían e incrementaban el gasto frente al presupuesto.
Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) explica que por mucho tiempo Hacienda argumentó que prefería “estimar ingresos prudenciales para no tener que hacer recortes sobre el presupuesto”.
Lo cual siempre provocó la sospecha porque “al estar subestimando ingresos se daba mucha discrecionalidad por el lado del gasto”, afirmó.
La Oficina de la Presidencia fue la que más se excedió en el gasto, pues incurrió en un sobregasto de 61 por ciento.
En segundo lugar estuvo Turismo con 52 por ciento, Relaciones Exteriores con 33 y Hacienda con 30.
La Secretaría de Energía registró un sobregasto de 18 veces su presupuesto, debido a la reestructura interna y cambios derivados de la reforma energética, así como la mayor cantidad de aportaciones patrimoniales a las entidades del sector energético en los primeros años del sexenio para los fondos Sectorial Hidrocarburos y Sectorial Diversificación Energética.
Sin contar con esa dependencia, el mayor sobregasto fue registrado por la Secretaría de Educación, pues se excedió con 152 mil millones de pesos, equivalente a un 8 por ciento de sobregasto.
Villarreal también apunta que ha sido una práctica común subestimar el gasto en pensiones, servicio de deuda, servicios personales y gastos de la Oficina de la Presidencia.
Y a pesar de que se tuvieron más recursos para gastar, la deuda pública total pasó de 5.3 a 10.8 billones de pesos.
(Con información de Reforma)
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