Guerrero.- En medio de la controversia que rodea al Rancho Izaguirre en Jalisco, vinculado anteriormente con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y acusado de prácticas ilícitas, emerge un rayo de esperanza para algunos de los afectados. Un testimonio reciente arroja luz sobre un aspecto menos conocido del asunto: la intervención positiva de autoridades de Chilpancingo, Guerrero, que colaboraron en programas legales de empleo.
Norma Otilia Hernández, exalcaldesa de Chilpancingo, recientemente destacó la participación de su administración en iniciativas legítimas de empleo, específicamente en colaboración con la empresa Big Force Academy. Esta colaboración prometía capacitación y la oportunidad de obtener visas H-2A para trabajar en Estados Unidos, ofreciendo así una salida legal y segura para muchos.
El programa «Raíces Mexicanas Floreciendo en Estados Unidos» fue uno de los proyectos destacados, según Hernández, y logró incorporar a personas de municipios como Huitzuco e Iguala de la Independencia. De los participantes, varios ya se encuentran trabajando legalmente en el extranjero, y no se han reportado desapariciones, un testimonio al éxito del programa en proporcionar vías legales y seguras para los trabajadores.
El exdirector de Atención a Migrantes de Chilpancingo, Julio César Sandoval, también confirmó que la mayoría de los jornaleros enviados a Estados Unidos bajo este esquema están registrados y cuentan con todas las protecciones legales, incluyendo seguro social y condiciones adecuadas de alojamiento y alimentación.
Aunque el testimonio de un jornalero, identificado solo como Roberto, pinta un cuadro diferente al describir condiciones de abuso y explotación en el Rancho Izaguirre, es crucial notar que su caso parece ser una excepción desafortunada en un programa que, en su mayoría, ha cumplido con su promesa de mejorar las vidas de muchos trabajadores mexicanos.
Esta narrativa dual muestra la complejidad de las situaciones que pueden surgir en contextos de migración laboral y la importancia de la vigilancia y la responsabilidad para asegurar que todos los programas laborales cumplan con la ley y protejan a sus participantes. La historia de Roberto es un recordatorio crítico de que, mientras que muchos encuentran oportunidades legales, otros pueden caer en situaciones de explotación, subrayando la necesidad de reformas y supervisión más estrictas.
El contraste entre las acusaciones graves y los resultados positivos del programa laboral pone de manifiesto la necesidad de un escrutinio continuo y de un compromiso renovado con la protección de los derechos de todos los trabajadores mexicanos en el extranjero. A pesar de los desafíos, las historias de éxito brindan esperanza y demuestran el potencial de colaboraciones legales para ofrecer nuevas oportunidades a quienes buscan mejorar su vida a través del trabajo honesto y seguro.
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