Un soldado estadounidense, nacido en California pero con raíces familiares en México, fue señalado como pieza clave en una operación de tráfico de fentanilo que afectó gravemente a la ciudad de Tulsa, Oklahoma, entre 2021 y junio de 2024. Identificado como David J. Mendoza González, el hombre combinaba su rol activo en el ejército con actividades ilícitas vinculadas a cárteles mexicanos.
De acuerdo con las autoridades, Mendoza no solo coordinaba el ingreso de fentanilo a Estados Unidos, sino que también facilitaba el cruce ilegal de personas por la frontera sin cobrarles. Sin embargo, su ayuda tenía un costo oculto: los migrantes debían trabajar al menos un año distribuyendo drogas para él.
El caso ha escalado hasta involucrar a miembros de alto rango del ejército estadounidense, quienes ahora enfrentan procesos judiciales y están obligados a rendir cuentas sobre la presunta colusión de Mendoza con los cárteles mexicanos. Este caso resalta las profundas conexiones entre el narcotráfico y elementos corruptos dentro de instituciones clave en ambos lados de la frontera.
La investigación sigue en curso, y se espera que este caso tenga implicaciones significativas tanto para la lucha contra el narcotráfico como para la imagen de las fuerzas armadas de Estados Unidos
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