La triangulación de dinero público, sobreprecios y el cobro de servicios no realizados –modus operandi que Proceso documentó en relación con los recursos del Fodepar– son prácticas que se extienden a las federaciones de las disciplinas paralímpicas y en las que están involucrados funcionarios de la Conade. Efraín Mora García, presidente de la Federación Mexicana de Deportes para Ciegos y Débiles Visuales, denuncia presiones en su contra por no haberse sumado a la corrupción.
CIUDAD DE MÉXICO.- La triangulación de los recursos públicos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) y el recurrente sobreprecio con el cual se cobran los viajes a competencias internacionales son prácticas que se extendieron al deporte paralímpico.
Las empresas Grupo Armazo, SA de CV, Operadora Turística BLUO, S de RL de CV, Muller Planning & Logistic, SA de CV, y Saha Innovación Empresarial, SAS, así como la persona física María Otilia Serrano Zamora han financiado y/o facturado eventos deportivos en la administración de Ana Guevara como directora general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
En su número 2224, Proceso publicó el reportaje Ana Guevara, en el carril de la corrupción, en el cual se revela el modus operandi usado en la Conade para triangular fondos del erario vía tres empresas que de manera irregular “financian” viajes a campamentos y competencias de los atletas mexicanos de élite. Por ese hecho, la Secretaría de la Función Pública (SFP) abrió cuatro investigaciones.
En el caso de las disciplinas paralímpicas, el esquema de gasto que es ajeno a las Reglas de Operación del Fodepar también es promovido por el subdirector de Apoyo de Alto Rendimiento a Deportistas y Federaciones de la Conade, Faustino Jesús Díaz Muñoz, quien exigió al presidente de la Federación Mexicana de Deportes para Ciegos y Débiles Visuales AC (Femedecidevi), Efraín Mora García, que solicitara por escrito el reembolso de 1.6 millones de pesos por un campeonato regional de futbol para el cual sólo pidió 673 mil pesos.
Mediante el Comité Paralímpico Mexicano (Copame), presidido por Liliana Suárez Carreón, se solicitan recursos para financiar o reembolsar diversos viajes, como un campamento de preparación de judo para ciegos en Valencia, España; el Desert Challengue Games de Para Atletismo en Phoenix, Arizona; el Grand Prix de Para Atletismo y Para Natación en Sao Paulo, Brasil, y la Serie Mundial de Para Natación en Indianápolis.
De acuerdo con la denuncia de Mora García, Díaz Muñoz le dijo que el uso de los recursos de las empresas privadas –a las cuales llama “agencias”– es la única vía para que los atletas asistan a competencias y campamentos, porque la Conade no tiene dinero. Sin embargo, estas firmas no sólo inflan los costos, también cobran por servicios que nunca realizan.
El 23 de abril último, el presidente de la Femedecidevi solicitó, mediante un oficio, 673 mil pesos al subdirector de Calidad para el Deporte de la Conade, Israel Benítez, para que la selección nacional participara en el Campeonato Regional IBSA de Futbol para Ciegos 2019, con sede en Sao Paulo, Brasil, del 1 al 9 de junio.
En la solicitud del recurso, Mora desglosó el costo de los servicios: 350 mil pesos para boletos de avión, 304 mil pesos para la inscripción de los jugadores (que incluye alimentos, transporte interno, traslado aeropuerto-hotel-aeropuerto, hospedaje y cuota de afiliación), 12 mil pesos para la hidratación de los atletas y 7 mil pesos para los alimentos en tránsito, es decir, lo que comerán antes de registrase en el hotel sede.
Pero el Fodepar no entregó el dinero; fue Saha Innovación Empresarial, SAS, desde la cuenta 0112466465 de BBVA Bancomer, la que realizó dos depósitos el 31 de mayo: uno por 42 mil pesos y otro por 250 mil, que suman 292 mil pesos. De acuerdo con los comprobantes bancarios, ambos depósitos sirvieron para cubrir la “inscripción y el hospedaje”.
Los boletos de avión de los 13 integrantes de la selección que viajaron a Sao Paulo tampoco los adquirió la federación. La empresa Grupo Armazo facturó 10 de los 13 boletos en 66 mil 356 pesos cada uno; el resto los cobró en 74 mil 956 pesos por unidad, cuando un pasaje de avión a esa ciudad no cuesta más de 25 mil pesos, incluso si se compra un día antes.
Los deportistas, además, no recibieron el dinero para la hidratación ni para sus alimentos en tránsito. Pese a ello, Grupo Armazo presentó una factura a nombre del Fodepar por 1.6 millones de pesos, en la cual señaló que 367 mil 500 pesos fueron utilizados sólo para pagar la inscripción, alimentos, hospedaje y transporte interno. En cambio, para esos mismos rubros la federación deportiva comprobó con recibos y facturas los 292 mil pesos que recibió de Saha Innovación Empresarial.
Entonces, Jesús Díaz Muñoz le pidió a Efraín Mora que presentara una solicitud de reembolso por 1.6 millones de pesos. El federativo se rehusó y le explicó que si en la cuenta bancaria de la Femedecidevi sólo se recibieron 292 mil pesos y el viaje no iba a costar más de 673 mil pesos, no sabría cómo justificar el dinero de más.
“Me pidió que le ayudara a comprobar más de 1 millón de pesos que no nos gastamos. Le dije que no. Él me contestó que de alguna manera tenía que facturarlo. Le comenté que no iba a facturar porque ese dinero no entró en la cuenta (de la federación). Le pregunté cómo lo iba a comprobar cuando mi contadora me advirtió que yo sería el perjudicado y me podrían meter a la cárcel (por lavado de dinero). Le insistí: ‘No lo voy a hacer’. En represalia, me advirtió que no me daría el dinero de la nómina para pagar a los entrenadores”, denuncia Mora en entrevista con Proceso.
Entregas de dinero
También hubo irregularidades en el campamento de preparación de judo para invidentes, que se realizó del 20 de abril al 10 de mayo en Valencia. En este caso, el gerente y asesor jurídico del Copame, Efraín Rábago Báez, le entregó 200 mil pesos en efectivo al director técnico de la federación, Fernando Bravo, para pagar hospedaje y alimentos. Los boletos de avión los compró la Conade y se los entregaron a los atletas. No obstante, Mora García no sabe dónde fueron adquiridos ni cuánto costaron.
Después de ese campamento, los seleccionados viajaron al Grand Prix de Judo en Bakú, Azerbaiyán. El Fodepar otra vez no le dio dinero a la federación, pero la empresa Muller Planning & Logistics, SA de CV, desde la cuenta 00101741192 de Scotiabank Inverlat, sí les depositó el 3 de mayo 102 mil 342 pesos para inscripción (incluido hospedaje y alimentación).
Ante la falta de recursos, los propios atletas pagaron la transportación interna y su hidratación. Para ese viaje, la Conade también compró los vuelos, pero tampoco se sabe con quién ni su costo.
Para el campamento y la competencia, Mora solicitó por escrito a la Conade 833 mil pesos. Él sólo sabe que le dieron 302 mil y tiene los comprobantes de ese dinero.
El 19 de marzo último, la Femedecidevi requirió formalmente presupuesto para el Grand Prix de Para Atletismo y Para Natación, programado del 20 al 28 de abril en Sao Paulo.
Los recursos para ese viaje los gestionó el Copame para cuatro federaciones: la de Ciegos y Débiles Visuales, la de Silla de Ruedas, Parálisis Cerebral y Deportistas Especiales.
Nuevamente, Efraín Rábago le entregó a Fernando Bravo dinero en efectivo: 398 mil pesos para hospedaje y alimentos de los deportistas de las cuatro federaciones, y los vuelos también los compró la Conade.
Por su cuenta, la presidenta del Copame, Liliana Suárez, ingresó el 17 de abril reciente (tres días antes de que los atletas viajaran) una solicitud por 4 millones de pesos ante la Conade, para cubrir los gastos de ese mismo viaje. Según su desglose, 1.9 millones de pesos eran para pagar los boletos de avión de 40 personas (en 43 mil 500 pesos cada uno), y el resto, para cubrir hospedaje, alimentación, transportación interna, hidratación y el exceso de equipaje.
–¿Esto ocurre desde que Ana Guevara está en la Conade?
–Exactamente. Nunca, ni con Alfredo (Castillo), pasó esto. Nunca nos recibió, pero todo el recurso salía de la federación y nosotros comprobábamos.
“Ahora tienes que llegar y decirle a Jesús (Díaz Muñoz) y a Eduardo Candelaria (atiende los temas del deporte adaptado junto con Juan Pedro Toledo) y ellos lo autorizan.
¿Cómo le hacen? Nos preocupa. Nuestra federación no está metiendo a destiempo la solicitud de los recursos públicos. Ellos retrasan todo. Hay federaciones que están de acuerdo. Nosotros no.
“Se lo puedo decir delante de las federaciones paralímpicas, no queremos estar en complicidad. Nos ha costado no tener adeudos y levantar la federación. He discutido muy fuerte con Arturo Contreras –director de Alto Rendimiento– y con Jesús. No estoy de acuerdo con que saquen ese recurso así.”
–¿Les preguntó qué son esas empresas? ¿Por qué se comprueba mediante ellas y por qué les dan dinero en efectivo?
–Dijeron que son agencias que nos están haciendo el favor de sacar los eventos porque no hay dinero, no hay liquidez en la Conade. Nos dijeron que así están trabajando ahorita. Eso lo dijeron Jesús y Eduardo Candelaria.
–¿Y Arturo Contreras?
–Cuando vio que yo no iba a firmar (la solicitud del reembolso por 1.6 millones de pesos), dijo que él le iba a dar seguimiento. Le dije: “No podemos entregar esto así, no se puede”. Él no es tan insistente, como Jesús quien me dijo: “Te estamos haciendo un favor, Efraín. Y con todas las demás federaciones paralímpicas lo vamos a hacer”.
“Solicité por escrito una reunión con Ana (Guevara) para comentarle lo que está pasando. El presidente (Andrés Manuel López Obrador) dice que todo está bien, cuando sabe que ahí con Ana tiene toda una bola de corruptos.”
Viaje de millones
Para que la selección nacional de ciegos participara en el Desert Challenge Games de Atletismo, del 21 al 26 de mayo en Phoenix, Efraín Mora le pidió al subdirector de Calidad para el Deporte, Israel Benítez, 254 mil pesos bajo los siguientes conceptos: 104 mil pesos para boletos de avión, 65 mil pesos para hospedaje, 9 mil 600 para inscripciones, 16 mil pesos para transportación interna y mil 280 pesos para hidratación.
En este caso, la persona física María Otilia Serrano Zamora facturó a nombre del Fodepar los boletos de avión a Phoenix. Según sus propias facturas le costaron 26 mil pesos cada uno en promedio. No obstante, un vuelo a esa ciudad no representa un gasto mayor de 8 mil pesos.
En suma, Serrano Zamora reclama 349 mil pesos por los pasajes de 13 personas, es decir, 150 mil pesos más de lo usual.
También en este caso los atletas pagaron la transportación interna y su hidratación en esa ciudad, y con comprobante en mano piden que se les reembolse. La federación tampoco sabe cómo se pagó ni cómo se comprobó el resto de los gastos.
Para el Campeonato Mundial de Para Powerlifting, a realizarse del 7 al 21 de julio en Kazajistán, volvieron a inflar, con la ayuda del Copame, los costos del viaje de los seleccionados nacionales, entrenadores e integrantes de los equipos multidisciplinarios: 20 personas en total.
En esta ocasión, el secretario general del Copame, Sergio Durand Alcántara, fue quien solicitó los recursos para la asistencia al torneo. Se trata de 4.4 millones de pesos que, dijo, se utilizarían en boletos de avión de 123 mil pesos cada uno (el gasto general de este rubro asciende a 2.4 millones de pesos), para el hospedaje pidió 1 millón de pesos, para alimentos 325 mil pesos, para transportación interna 249 mil pesos y para inscripciones, entre otros conceptos, 234 mil pesos.
De acuerdo con la convocatoria de este evento deportivo, el hospedaje en habitación doble no cuesta más de 2 mil pesos, e incluye los alimentos y la transportación interna. Los boletos de avión no deberían pagarse en más de 80 mil pesos. Así, un viaje que en realidad costaría 2 millones de pesos está siendo cobrado en más del doble a costa del erario.
Durand presentó cotizaciones de las empresas Operadora Turística BLUO y Muller Planning & Logistics. Además, presentaron otras dos cotizaciones por 249 mil pesos para pagar la transportación interna en Tenerife, España, con una empresa llamada Briscar que tiene oficinas en la alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México, pero que fue creada en septiembre de 2018 en Tabasco y tiene como socios a José Armando Pantoja Castro y Ernesto Sánchez Sánchez.
La ganadora fue Operadora Turística BLUO, empresa creada en 2016 en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cuyos socios son Berenice Urbina Bernal y Luiz Felipe Osuna Ruiz; sus oficinas están en la colonia 24 de junio de esa ciudad y también en Bosques de Reforma 1093, en la alcaldía de Miguel Hidalgo.
Aquí operará el mismo esquema que ya investiga la SFP en otros casos: la empresa pagará el viaje y al final con una factura pedirá al Fodepar que se le regrese.
El Copame solicitó ese dinero a nombre de la Federación Mexicana de Deportes Sobre Silla de Ruedas ante la imposibilidad que tiene ésta de recibir recursos públicos.
Las cuentas bancarias de la federación están congeladas por los adeudos que tiene ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y por demandas laborales. Por ello, el Copame le ayuda a tramitar ante la Conade los recursos que necesita.
Negocio en Indianápolis
El 10 de abril último, Liliana Suárez solicitó a Israel Benítez que la Conade reembolsara 3.5 millones de pesos por el evento Serie Mundial de Para Natación Indianápolis 2019, que se realizó del 31 de marzo al 7 de abril. La delegación fue integrada por 42 personas entre atletas e integrantes de equipos multidisciplinarios y personal administrativo.
La empresa Operadora Turística BLUO comprobó con una factura boletos de avión por 39 mil 300 pesos cada uno, que en total suman 1.6 millones de pesos.
Además, facturó otros “servicios prestados en Indianápolis”: 286 mil pesos en alimentación, 1 millón de pesos en hospedaje, 98 mil pesos en equipaje extra y 29 mil más en hidratación.
Briscar expidió una factura a nombre del Copame por 343 mil 900 por concepto de transportación terrestre. Para movilizar a los atletas se rentaron cinco camionetas que no costaron más de 100 mil pesos.
Por esas irregularidades en la Conade y la Copame, el presidente de la Federación Mexicana de Deportes para Ciegos y Débiles Visuales AC, Efraín Mora García, y un ciudadano anónimo interpusieron el jueves 4 un par de denuncias ante la Secretaría de la Función Pública para que investigue el ejercicio indebido de los recursos públicos.
Este reportaje se publicó el 7 de julio de 2019 enla edición 2227 de la revista Proceso
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