A la odisea de Tita Radilla Martínez –presidenta de la Afadem y quien desde hace 45 años busca a su padre, Rosendo Radilla, desaparecido por el Ejército en Guerrero, en 1974– se suma ahora otro elemento de la pesadilla familiar: el 13 de marzo dos sobrinos suyos fueron “levantados” en Jalisco y aún no se sabe nada de ellos. El contexto y los testimonios de quienes presenciaron los hechos apuntan a que los autores de la nueva desaparición son miembros de la Marina.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La tragedia de la desaparición sigue a la familia de Rosendo Radilla Pacheco, líder campesino que fue detenido en Atoyac de Álvarez, Guerrero, por efectivos del Ejército el 25 de agosto de 1974, sin que hasta ahora se conozca su paradero.
A 45 años de los hechos que marcaron a la familia Radilla, dos integrantes más de la familia, radicados en Tlaquepaque, Jalisco, están en calidad de desaparecidos desde el pasado miércoles 13, luego de haber sido detenidos por hombres armados que presuntamente formaban parte de un operativo en el que habrían participado las Fuerzas Armadas.
La desaparición de Eligio Sánchez Radilla, de 41 años, y Lázaro Edgardo Sánchez Robles, de 25, ocurre en momentos en que toda la energía de Tita Radilla Martínez, hija de Rosendo, estaba focalizada en diligencias de búsqueda de su padre en lo que fue el cuartel militar al que fue llevado y del que nunca se le vio salir.
Devastada, Radilla, presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a Derechos Humanos en México (Afadem), reconoce que lo ocurrido con sus familiares, quienes fueron detenidos junto con César Hernández Téllez, de 25 años, en la colonia Francisco I. Madero, dentro del Cerro del 4, municipio de San Pedro Tlaquepaque, es una muestra de que la tragedia humanitaria por las desapariciones continúa, pese al cambio de gobierno.
“Lo que se está denunciando es un hecho aberrante, es algo que no debe seguir ocurriendo, y las autoridades siguen actuando como en las administraciones pasadas. Es la misma cerrazón, la misma negativa. Son los mismos obstáculos que nos ponen”, sostiene Radilla al referirse a la falta de resultados para encontrar a sus familiares, sobrinos en segundo grado.
(Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso 2213, ya en circulación). Fuente: proceso
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