XALAPA, Ver.– Las autoridades confirmaron este lunes que los restos hallados en el municipio de Yanga son los de Samantha Aparicio Alvarado, la joven de 25 años de edad que desapareció el jueves pasado en Córdoba.
El cadáver de la joven, que trabajaba como mesera en ese municipio de la zona centro de Veracruz, fueron localizado desmembrado en dos bolsas negras en la carretera Córdoba-Veracruz.
Su asesinato es el primer feminicidio ocurrido en el gobierno de Cuitláhuac García, del partido Morena y quien asumió la gubernatura el sábado.
En lo que va de 2018 se han establecido dos alertas de género pese a que han ocurrido cerca de 90 feminicidios.
Además, el fin de semana ocurrieron dos ejecuciones en el corredor industrial Córdoba-Orizaba, en la zona montañosa del estado.
De acuerdo con el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), las víctimas fueron identificadas como Gerardo Arcos Ramírez, de 52 años de edad, propietario de una empresa de agua purificadora, así como su empleado de nombre José Manuel Arceo, de 26 años.
Sus cuerpos fueron localizados en la carretera El Naranjal-Coetzala, muy cerca de Córdoba. Ambos cadáveres se encontraban en el interior de una camioneta combi, de color blanco, y presentaban huellas de tortura.
En el interior del vehículo había una cartulina, cuyo contenido aludía al inicio de un “baño de sangre” por “ajustes de cuentas”.
Anuncian “baño de sangre”
En la madrugada, durante su toma de protesta, el gobernador, Cuitláhuac García prometió que una de sus prioridades sería regresar la paz y la tranquilidad a Veracruz, cuya sociedad –dijo– está muy lastimada.
En los dos años de gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares, Veracruz tuvo una etapa violenta, pues de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), ocurrieron de 220 a 240 homicidios por mes en 2017, y en 2018 esa cifra bajó en promedio a 168 asesinatos mensuales.
Veracruz hoy es una región de pugnas delincuenciales, por ajustes de cuentas entre El Grupo Sombra y el Cártel del Golfo contra el Cártel de Jalisco Nueva Generación, que, a su vez, tiene disputas territoriales con Sangre Nueva Zeta y Los Zetas Vieja Escuela, así como con bandas de huachicoleros independientes.
Con información de Proceso
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