Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La fuerte balacera que ocurrió ayer en la tarde en esta ciudad no es producto de la casualidad, ni de un topón.
Detrás de ello parece haber una intención clara de obstaculizar o frenar las investigaciones sobre los supuestos casos de desapariciones, por parte de grupos de la delincuencia ya que podría poner en evidencia que se trata sólo de una pantalla para exigir la salida de las fuerzas armadas de Nuevo Laredo.
Ayer, cuando circulaba un convoy de personal de la Fiscalía Especializada de Personas Desaparecidas de la Procuraduría General de la República (PGR), apoyada por militares, varios sujetos les empezaron a disparar desde un grupo de camionetas.
Un militar cayó herido y se desató una persecución que continuó hasta las cercanías de un conjunto comercial sobre avenida Reforma. Es lo que se vio en diversos videos que andan circulando por las redes sociales desde ayer.
En ese conjunto comercial está un WalMart donde aparecen atemorizadas varias familias, con niños en brazos, o gente tirada en el piso en estacionamiento.
En el trayecto de la persecución hubo detonaciones. Cuatro civiles resultaron con heridas por arma de fuego. Uno de estos lesionados es conductor de un autobús de pasajeros de la línea Omnibús de México.
Varios vehículos recibieron disparos, entre estos un camión de la línea ETN que iba hacia Monterrey.
Pero más allá de los hechos está el fondo: la intención de los grupos criminales de que no sigan adelante las investigaciones de los desaparecidos de Nuevo Laredo, asunto que han movido defensores de derechos humanos locales a nivel nacional e internacional y ha puesto en jaque la acción de la Marina.
Extraño porque esos mismos defensores de derechos humanos han sido señalados de probables vínculos con grupos delictivos, según consta en varios medios de prensa.
Pareciera que no se quiere llegar a la verdad de los hechos, de descubrir los nexos de quienes piden justicia por los desaparecidos, pero que han usado esa pantalla para sacar la jugada a militares y marinos que han dado fuertes golpes a la delincuencia en Nuevo Laredo.
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