Culiacán, Sinaloa. En un mes marcado por la violencia descontrolada, Sinaloa enfrenta un panorama aterrador, con 159 asesinatos reportados en solo 28 días, de los cuales tres víctimas eran mujeres. Los municipios de Culiacán, Concordia, Elota y San Ignacio han sido los más afectados, revelando un patrón de brutalidad y tortura.
Los ataques no solo han cobrado vidas; también han devastado negocios en la región. Más de 30 establecimientos de diversos giros han sido saqueados, incluyendo un restaurante de sushi en Culiacán, incendiado por civiles armados que dispararon contra las puertas y ventanas, destruyendo todo a su paso. Afortunadamente, el ataque se produjo en la madrugada, cuando el local estaba cerrado, evitando así lesiones entre los trabajadores.
Este domingo, en una de las zonas más conflictivas de la ciudad, conocida como Acapulquito, fueron encontrados los cuerpos de un hombre y una mujer, atados de manos y con signos evidentes de tortura, huellas de golpes y quemaduras, aunque sus identidades aún no han sido confirmadas.
En otro incidente, un joven fue asesinado a balazos cerca de un cementerio en Guamúchil, Salvador Alvarado. Se presume que era la misma persona que había sido atacada previamente en una plaza comercial en Mocorito.
La Fiscalía General del Estado ha reportado la apertura de investigaciones tras el ingreso de seis hombres heridos de bala a hospitales y clínicas particulares, aunque no se ha precisado el origen de sus heridas.
Un Recuento Alarmante
La lista de víctimas no muestra signos de disminución. Entre los asesinados se encuentran figuras como Faustino Hernández Álvarez, líder ganadero, y Héctor Ramón, hermano de los exalcaldes de Elota, Geovanny y Germán Escobar Manjarrez.
Además, hasta la fecha, se han registrado 238 denuncias por despojos violentos de vehículos y la privación ilegal de la libertad de 171 personas, incluidas autoridades municipales y estatales.
La violencia se intensifica con reportes de civiles armados que levantaron a dos hombres en un casino en la colonia Lomas del Boulevard. Hasta el momento, sus identidades y paradero permanecen en la oscuridad.
Con un saldo trágico y un clima de temor, Sinaloa clama por una respuesta efectiva ante la violencia que arrasa con su población. Las autoridades deben actuar con urgencia para restaurar la paz en una región sumida en el caos.
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