jueves, mayo 9, 2024
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El Centro Cultural Islas Marías, paraíso de evasión fiscal de la Marina

A 132 kilómetros de la costa de San Blas, Nayarit, hay un paraíso: las Islas Marías.

Durante más de un siglo funcionó como una prisión, ahora es un centro turístico abierto al público. Pero la belleza de este destino ha quedado eclipsada por la opaca administración de la Secretaría de Marina.

En diciembre de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el Centro de Educación Ambiental y Cultural “Muros de Agua-José Revueltas” en Islas Marías. Su anhelo de transformar este complejo penitenciario, que en algún momento fue conocido como “el infierno del pacífico”, en un espacio recreativo tomaba forma. Pero su control, al igual que varios proyectos presidenciales, le fue otorgado a las Fuerzas Armadas.

La riqueza de su biodiversidad, su patrimonio histórico, así como la gestión del complejo turístico quedaron bajo el dominio de la Marina. Sin embargo, su administración es opaca en el destino de los recursos que genera, incurre en evasión fiscal, es poco transparente y distante de las autoridades culturales.

“El presidente le encarga sus obras emblemáticas a las Fuerzas Armadas porque no confía en su propia administración y en sus propios funcionarios. Tuvo cinco años para hacer una burocracia más eficaz, más profesional, con mayores capacidades y, al contrario, apostó por su desmantelamiento. Puede verse también como una estrategia de darle continuidad a sus proyectos, a sus obras, pero no a través de un mecanismo democrático que sería con autoridades civiles, sino a través del Ejército”, comenta el doctor Javier Martín Reyes, uno de los autores de Érase un país verde olivo, un libro recién publicado que analiza y señala los riesgos de la militarización en México.

En un recorrido, EL UNIVERSAL documentó que en ninguno de los servicios y productos que comercializa la Marina dentro de las Islas Marías entregan recibos de compra ni emiten facturas cuando los turistas las solicitan. Estas omisiones están presentes en la renta de bicicletas, la venta de bebidas en el bar, en la tienda de souvenirs y de abarrotes, así como en la tienda a bordo del ferry.

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Son miles de pesos que entran cada fin de semana y que no son contabilizados. Sin los recibos, no hay un registro preciso de estas transacciones y su destino. Además, de que una instancia del propio Estado incurre en la evasión fiscal al no proporcionar facturas.

Al cuestionar al personal turístico, que son miembros de la Marina que opera en Islas Marías, sobre la falta de estos comprobantes, se limitan a responder que “no hay”, “no se entregan”, “la máquina está descompuesta”. Pero eso no frena ninguna de las transacciones.

En septiembre de 2022, la Secretaría de Hacienda formalizó la creación de Turística Integral Islas Marías S.A de C.V, una empresa con participación estatal para “llevar a cabo todas las acciones necesarias para la prestación de servicios turísticos considerados de bajo impacto ambiental”. La Marina es dueña del 99% de las acciones.

Desde la inauguración del complejo ecoturístico, la empresa de la Marina registra ingresos por 26 millones 596 mil 476 pesos. En 2023, su mejor año, tuvo ventas por 23 millones 805 mil pesos, de acuerdo con respuestas de Transparencia a las que accedió EL UNIVERSAL. Sin embargo, cuando se le preguntó a Marina por los ingresos y conceptos, sólo reportó las “ventas por paquetes turísticos”. La dependencia no proporcionó ninguna información sobre las transacciones y ganancias que genera en los diversos productos que comercializa dentro de Islas Marías.

“Entregar a las Fuerzas Armadas proyectos prioritarios parece un esquema conveniente, al menos en este momento, porque son garantía de obediencia, subordinación y opacidad. Casi todas las tareas en las que han sido involucradas las Fuerzas Armadas han sido etiquetadas para garantizar la privacía en nombre de la ‘seguridad nacional’; ese etiquetado hace que sus funciones se escapen al control ciudadano de rendición de cuentas”, comenta la doctora Guadalupe Salmorán sobre la injerencia de militares en proyectos civiles, quien también es autora de Érase un país verde olivo (Grano de sal, 2024).

Una reserva sencilla para dos adultos y dos niños cuesta 26 mil 154 pesos, de acuerdo con la propia página web de la empresa, que incluye el transporte marítimo, alimentación y hospedaje para dos noches en el Centro “Muros de Agua-José Revueltas”. A un trabajador con el salario mínimo le tomaría reunir su sueldo íntegro durante 105 días para poder costear este fin de semana.

Una oferta alejada a las intenciones del presidente López Obrador: “Vamos a procurar que puedan venir familias de niveles económicos modestos, que no sea una isla para la élite. Gente que tiene ingresos puede venir aquí y va a encontrar mejores cosas, mucho mejores cosas para estar bien”, afirmaba un par de meses previos a la inauguración.

De acuerdo con información por Transparencia, la empresa Turística Integral Islas Marías reporta que ha vendido 5 mil 491 paquetes turísticos desde diciembre de 2022 hasta el 31 de enero de 2024, pero al solicitarle los comprobantes de las ventas de estos paquetes, la Marina responde que “no se cuenta con comprobantes de ventas, toda vez que el control es a través del sistema que se utiliza para la venta”, se lee en el documento.

“Es muy preocupante ver que el Ejército y las Fuerzas Armadas concentran más poderes. Por un lado, hay un mayor poder político debido a que, por los proyectos en los que están a cargo, se han convertido en un actor mucho más relevante; también hay un reforzamiento en su poder económico, les estás generando ingresos; así como un mayor poder ideológico, la formación del militarismo que estamos viendo es a través de esa exaltación de los valores castrenses en la sociedad”, comenta Javier Martín sobre el rol de los militares a cargo de empresas del Estado.

A pesar de los esfuerzos del gobierno federal por promocionar Islas Marías, sólo ha recibido a 6 mil 037 visitantes desde su inauguración hasta febrero de 2024. El promedio de afluencia apenas alcanza los 100 turistas semanales. Por ejemplo, durante todo el mes de octubre de 2023 sólo hubo 48 visitantes.

Edificar este proyecto presidencial ha implicado millones de pesos. Convertir un centro penitenciario en un complejo turístico implica muchas adecuaciones. Por ejemplo, la rehabilitación de las viviendas, los caminos, el muelle, el restaurante, así como la adquisición de bienes, desde los detalles más mínimos para brindar una experiencia turística, como papel higiénico o toallas, hasta la compra de dos ferries para transportar a los turistas, que estos transbordadores costaron a la Marina más de 12 millones de dólares.

Sin embargo, la dependencia militar es opaca en cómo se han ejercido los recursos dentro de las Islas Marías. Al solicitar por la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) información sobre los contratos que han otorgado desde 2018, resulta que la Marina “no ha ejercido contrato alguno para el Centro Turístico Islas Marías”, afirma el documento.

La escasa información abierta en la PNT documenta que ya se han gastado más de 410 millones 209 mil pesos en tan sólo 14 contratos para llevar a cabo la rehabilitación de viviendas y del museo del sector naval, adquisición de transporte terrestre y maquinaria, adquisición de transporte terrestre, reparación de cámaras refrigeradoras, ampliación de la aeropista, adecuación de la torre de control.

Entre las empresas que han ganado los contratos más cuantiosos está Constructora Kaniar que recibió 39 millones de pesos por la ampliación de la aeropista; Grupo Constructor Banderaz con 36 millones de pesos por la rehabilitación de viviendas y ampliación del restaurante; así como Comercial Intrading con 34 millones de pesos por la adecuación de la torre de control.

Patrimonio cultural
Islas Marías es un archipiélago conformado por cuatro islas: María Cleofas, María Magdalena, San Juanito y María Madre (la única con asentamientos humanos). En 1905, fue declarada como colonia penitenciaria por Porfirio Díaz.

Aún quedan los vestigios de infraestructura con valor histórico y cultural, que reflejan la transformación del lugar, como recintos de los trabajos forzados a los que eran sometidos los reos: producción de sal, cal y labores con el henequén. Sin embargo, instituciones como la Secretaría de Cultura y el INAH han quedado relegadas de la conservación y restauración de este patrimonio.

En 2019, se tenía contemplado que la Secretaría de Medio Ambiente fuese la encargada de administrar este proyecto, incluso firmó con Cultura un convenio en el cual se comprometían a asesorarse de especialistas y, tras la apertura, impartirán “talleres, teatro y arte transformativo”. Pero la historia es distinta y esa oferta cultural no existe.

El único espacio cultural que ha habilitado la Marina es un Museo de Sitio, en lo que era un fuerte marítimo. A través de ocho salas, el lugar ofrece un breve recuento a la historia de Islas Marías, desde las primeras expediciones encabezadas por Francisco Cortés (sobrino del conquistador español) hasta las dos veces que José Revueltas fue preso de esta tierra, motivo por el que se bautizó a este proyecto presidencial.

Con información del Universal


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