“Pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad”, establece.
“Cuando solo tenemos un ventilador y hay dos pacientes: un paciente A de 80 años y un paciente B de 20 años. Supongamos que si paciente A recibe el ventilador ella vivirá 7 años más y si paciente B recibe el ventilador ella vivirá 65 años más. Para solucionar este problema se tiene que introducir un principio adicional: salvar la mayor cantidad vidas-por-completarse. Una vida-por-completarse se debe de entender como aquella que aún no ha pasado por los diferentes estados de desarrollo bio-psico-social humanos (i.e. infancia, adolescencia, edad adulta, vejez). Y de entre las vidas-por-completarse hay que elegir aquellas que están en etapas más tempranas”, indica la Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica, publicada por el Consejo de Salubridad General, la cual se puede consultar íntegra al final de esta nota.
Este ejemplo fue comentado el lunes por el académico Sergio Aguayo, quien además publicó un tuit al respecto:
La guía también precisa que “pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad”, en caso de que haya que decidir entre ambos casos.
En cuanto a “casos prioritarios” establece que “proteger la salud de la población es la razón por la cual se introduce el sistema de triaje. Siendo esto así, se debe de dar prioridad a los recursos escasos de medicina crítica al personal de salud que combate la emergencia de COVID-19. La priorización de dicho personal de salud debe de ser absoluta”.
“Es importante notar que no se le debe de dar prioridad a todo el personal de salud, sino únicamente al personal que se enfrenta a la emergencia de COVID-19. Por ejemplo, un dermatólogo que no está haciendo frente a la epidemia de COVID19 no debe de recibir atención prioritaria. Un profesional de enfermería que está haciendo frente a la epidemia de COVID-19 debe de recibir atención prioritaria. Aquí ‘personal de salud’ no se entiende como únicamente las y los médicos tratantes, sino todo el personal que operan en primera línea: enfermería, terapeutas respiratorios, personal de mantenimiento que desinfecta las instalaciones, camilleros, por ejemplo.”.
Esta guía se hizo con el propósito de tomar decisiones “cuando una emergencia de salud pública genera una demanda en los recursos de medicina crítica que no es posible satisfacer”. Y el documento apunta que el virus SARS-CoV-2 “tiene manifestaciones clínicas muy serias en aproximadamente el 5% de la población que la contrae. Actualmente no existe tratamiento profiláctico ni curativo para el COVID-19”.
Ayer, el subsecretario Hugo López-Gatell indicó que esta guía “no implica en este momento una decisión ejecutiva sobre procedimientos que tuvieran que implantarse”. Pero ésta ya se encuentra publicada en la página del Consejo de Salubridad General.
Fuente: Aristegui Noticias
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