Petróleos Mexicanos (Pemex) advirtió que el huachicoleo puede remontar.
En un informe fechado el 30 de junio de 2019, la petrolera detalló a inversionistas una serie de riesgos a los que está expuesta, entre ellos algunos atentados contra sus instalaciones como la extracción ilegal de combustible.
“Pueden volver a aumentar con la violencia asociada a ellos y, en un caso extremo, tener un impacto negativo en la situación financiera y los resultados de operación de la empresa”, refiere el texto.
La empresa señala que a pesar de que cuenta con sistemas para identificar, monitorear y mitigar estos riesgos, sus sistemas “pudieran no ser efectivos”.
Reconoce que, si bien ha estado combatiendo la corrupción interna, “no puede asegurar o prevenir actos intencionales, imprudentes o negligentes que cometan sus funcionarios o empleados”.
La petrolera sostuvo que en los últimos años México ha experimentado un incremento en las actividades delictivas y estos hechos pueden afectar las operaciones de la empresa, principalmente por parte de grupos de la delincuencia organizada, incluyendo el narcotráfico.
Tal es el caso del mercado ilícito de combustibles, que dio lugar al aumento en el robo y comercio ilegal de los productos de Pemex.
El nuevo Gobierno implementó un operativo para frenar la extracción ilícita de hidrocarburos y aseguró que en 2019 esta había disminuido en 94% en comparación con el año previo, lo que supuso una disminución en los índices de violencia asociados.
Sin embargo, diversas publicaciones han advertido que el robo de combustibles en ductos de la empresa petrolera a través de las tomas clandestinas “se están ejecutando cada vez con mayor lujo de violencia contra los trabajadores de Pemex dedicados a vigilar los ductos y a cerrar las perforaciones ilegales”.
El problema, de acuerdo con información de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica, ha llegado a tal magnitud que entre 2017 y 2018 (en los dos últimos años de la pasada Administración), entre 14 y 17 de cada 100 trabajadores dedicados a vigilar los ductos fueron agredidos por los huachicoleros.
El número de trabajadores petroleros agredidos físicamente por el crimen organizado y los huachicoleros aumentó de cuatro, en 2013, a 162 en 2018.
Un año antes, en 2017, 207 empleados (la cifra más alta de esos cinco años) que realizaron trabajos de vigilancia y cierre de ductos dañados por las tomas clandestinas resultaron agredidos, aunque la empresa se reservó el tipo y gravedad de las lesiones.
(Con información de El Universal)
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