La aparición sin vida de José Noriel Portillo, «El Chueco», presunto asesino de dos sacerdotes y dos civiles no es un triunfo de la justicia mexicana, afirmó la Compañía de Jesús, a la que pertenecían los dos religiosos.
«En espera de la confirmación de la identidad, desde ahora señalamos que, si se verifica que se trata de la persona implicada en el homicidio de los padres jesuitas, su aparición sin vida de ninguna manera puede considerarse como un triunfo de la justicia ni como una solución al problema estructural de violencia en la sierra Tarahumara», afirmó en un comunicado.
«Este desenlace, de confirmarse, no es el que esperábamos ni es por el que trabajamos», añadió.
Así respondió al anuncio de la Fiscalía de Chihuahua sobre el hallazgo del cuerpo de «El Chueco», presunto responsable del asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, del guía de turistas Pedro Palma y de un joven identificado como Paul Berrelleza.
La organización religiosa lamentó la muerte del presunto culpable y cada una de las personas asesinadas en México, a la vez que reprochó la difusión de las imágenes sobre el hallazgo del cuerpo.
«La ausencia de un proceso legal conforme a derecho con relación a los homicidios implicaría un fracaso del Estado mexicano frente a sus deberes básicos y confirmaría que en la región las autoridades no detentan el control territorial», acusó.
Los jesuitas exigieron que se cumplan las medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instaladas apenas la semana pasada, para construir condiciones de seguridad de la región.
«Los jesuitas nunca hemos callado ni callaremos ante la violencia y la deshumanización. Seguiremos en la (Sierra) Tarahumara y en otras regiones de México, trabajando para que haya paz, justicia, derechos humanos y reconstrucción del tejido social», indicó.
Cuestionado sobre este hallazgo, el Presidente Andrés Manuel López Obrador informó esta mañana que la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional realizan un análisis forense para confirmar la identidad del fallecido.
«Todavía no está confirmado, se está haciendo un análisis a cargo de la Guardia Nacional y de la Secretaría de Defensa, sí se encontró una persona en Choix, Sinaloa, y se está haciendo el estudio para poder informar si se trata del delincuente que le quitó la vida a los dos sacerdotes», expuso.
«Están haciendo el estudio, el análisis (de huellas), para no cometer ningún error, es cuestión de hacer el análisis; vamos a informar posiblemente hoy (ayer) cuando tengamos más elementos», agregó en Palacio Nacional.
En su conferencia mañanera desde Palacio Nacional, el Mandatario dijo que pudo tratarse de una ejecución.
-¿Fue en un enfrentamiento con el Ejército?, se le preguntó.
«Parece que fue una ejecución. En Choix fue (encontrado) el cuerpo de esta persona, que puede ser que sea el que asesinó a los sacerdotes, pero se va saber», respondió.
López Obrador acusó que «El Chueco» y la operación de su célula delictiva en la región eran tolerados por las autoridades locales, al grado que era promotor de un equipo de beisbol.
«Sabían y no se hacía nada, esa es la verdad, tan es así que los mismos sacerdotes lo identificaron, se sabía que él operaba ahí, y lo hacía con impunidad, luego, pues tenía una red en toda la región», abundó.
«Aquí hay que tener presente que se ha detenido a varios vinculados a este grupo, ya un número, 32 (detenidos) y que nunca nos salimos de la zona, siempre estuvo la Secretaría de la Defensa ahí. No (es territorio de ‘El Chueco’), siempre se ha estado ahí porque no se permite la impunidad».
«El Chueco» es el líder de un grupo criminal vinculado con el Cártel de Sinaloa, que controla las actividades ilícitas en la Sierra Tarahumara. Aunque la caza de este delincuente arreció tras el asesinato de los sacerdotes, se le busca desde 2017.
El individuo tiene alrededor de 30 años, es originario de Urique y tiene su zona de operaciones en comunidades del corazón de la Tarahumara como San Rafael, Ciénega de Trejo, Guadalupe Coronado, Mesa de Arturo, Cerocahui y Bahuichivo.
De acuerdo con investigaciones de las autoridades estatales y federales, «El Chueco» y su gente responden a «Los Salazar», un grupo criminal asociado al Cártel de Sinaloa que opera desde la década de los 90.
«Desde luego, como otros casos lamentables, no deja de haber la gente que aprovecha estas circunstancias dolorosas para sacar raja política, pero nosotros hemos actuado de manera responsable y muy bien la Secretaría de Defensa, muy bien, ha estado trabajando ahí permanentemente», abundó López Obrador.
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