Petróleos Mexicanos no ha logrado mejorar su situación financiera y se mantiene como un factor de presión para las finanzas públicas del gobierno federal, a pesar del importante apoyo fiscal que ha recibido, el cual equivale a tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB), advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Para ilustrar el deterioro del manejo financiero de la petrolera, los expertos del FMI explicaron que desde el 2019 la deuda financiera de Pemex pasó de 9,000 millones de dólares a 15,000 millones en este año.
Agregaron que la empresa productiva del Estado también ha triplicado la deuda que mantiene con los proveedores, la cual pasó de 5,000 millones de dólares en el 2019 a 13,000 millones de dólares, que ha documentado hasta el día de hoy.
En la revisión anual que realizaron técnicos del FMI en México, la tercera que recibe la administración de Andrés Manuel López Obrador, destacaron que además de estas obligaciones, la empresa carga pasivos por pensiones que han crecido desde los 11,000 millones de dólares que representaban hace tres años a los 66,000 millones que tienen actualmente.
Proyectaron que los vencimientos de la deuda externa de Pemex ascienden a 4,250 millones de dólares para el 2022 y una cantidad similar para el 2023.
Estimaron que “de continuar los recortes de calificación sobre las emisiones de Pemex, el gobierno federal tendrá que otorgar mayor apoyo financiero a la empresa que terminará por afectar el spread de las emisiones soberanas”.
Como la petrolera perdió acceso al mercado desde octubre del año pasado y dejó de ser el emisor dominante del país, el gobierno tuvo que relevarla para facilitar el cumplimiento de sus compromisos financieros, precisa el documento.
Escándalos de corrupción
En este sentido, las conclusiones de la institución internacional advierten que “los escándalos de corrupción que rodearon a Petróleos Mexicanos en el pasado subrayan la importancia crítica de fortalecer su gobernabilidad y procesos de adquisiciones dentro de la empresa”.
Los expertos del FMI resumieron en cinco puntos las recomendaciones que podrían hacer de la petrolera mexicana una entidad independiente y viable, en función de la experiencia internacional.
La primera es aumentar la inversión privada para el reemplazo de sus reservas probadas; luego, sugirieron reducir las inversiones de bajo rendimiento como una nueva refinería, a partir de la evidencia que las refinerías existentes funcionan muy por debajo de su capacidad. Esta es la tercera ocasión consecutiva en que sugieren posponer la construcción de la refinería.
La tercera pieza de esta estrategia sería alentar la mayor participación del sector privado mediante el uso de farmouts y migraciones, lo que permitiría atraer operadores experimentados de campos más complejos que pueden ayudar a recuperar el petróleo y generar mayores ingresos.
Una cuarta sugerencia es vender activos no esenciales y la última pieza del plan es fortalecer los procesos de gobernabilidad y adquisiciones de Pemex.
De no completar un cambio que incentive el desarrollo productivo de la empresa productiva del Estado, se convertirá en un factor de riesgo para “la satisfactoria estabilidad económica que ha logrado la administración”.
Respuesta del gobierno
En la respuesta a las propuestas referentes a la perolera, las autoridades económicas de México comentaron al Fondo que vendrán “importantes retornos para la economía que incluyen el fomento de la eficiencia energética”.
Enfatizaron que las inversiones públicas dirigidas al sector energético se están orientando hacia las regiones pobres del país, en una estrategia que permitirá impulsar su desarrollo para facilitar que se cierren las brechas de desigualdad que prevalecen en el país.
Carga para los contribuyentes
De acuerdo con el diagnóstico de los expertos, incluido en la revisión anual realizada por expertos del FMI, “Pemex se mantiene como una importante carga sobre los contribuyentes que distrae la inversión de los recursos públicos de proyectos más productivos para la economía”.
Los expertos del Fondo Monetario tomaron por ejemplo los planes emprendidos por las petroleras de Brasil, Petrobras y de Colombia, Ecopetrol, tras la caída de los precios del petróleo en el 2014, para observar que una mayor participación del sector privado en la exploración sí puede mejorar significativamente la posición financiera de la empresa.
En consecuencia sugirieron que el apoyo financiero desde el gobierno para la petrolera, se debe condicionar a cambios en su plan de negocios que le conviertan en una empresa eficiente y productiva.
Con información de El Economista
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