Ciudad de México.- El reciente operativo federal que desarticuló una red de huachicol en Querétaro, CDMX y Edomex, con 32 detenidos, entre ellos los líderes «Don Checo» y el «Flaco de Oro», detonó una ola de ataques políticos dirigidos contra el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, y su hijo, el delegado federal de Bienestar en Chihuahua, Américo Villarreal Santiago.
La acción —producto de más de seis meses de investigación— trastocó intereses asociados al grupo político de Tabasco, encabezado por Adán Augusto López Hernández, y su operador, el senador José Ramón Gómez Leal. Ambos han sido señalados por su presunta cercanía con estructuras ligadas al robo de combustible.
En represalia, operadores mediáticos vinculados a Adán Augusto intensificaron una campaña contra Villarreal Santiago, utilizando como eje una nota publicada por la revista Proceso, que lo acusa de utilizar aviones privados entre enero y marzo de 2025. La única prueba difundida hasta ahora es una fotografía sin bitácora ni respaldo documental, y un presunto contrato cuya autenticidad no ha sido validada por ninguna autoridad.
Cabe señalar que los mismos grupos ya habían intentado vincularlo —sin éxito— con el manejo indebido de recursos públicos en beneficio de su pareja, la senadora Guadiana.
Frente a la nueva ofensiva, la presidenta Claudia Sheinbaum fue clara:
«Eso no lo paga Bienestar, eso sí se los puedo garantizar… No son recursos públicos, eso pueden tener la certeza.»
Asimismo, pidió que se investigue si se usaron vuelos privados, y en su caso, que se expliquen, pero dejó en claro que no forman parte de su política de austeridad republicana.
Mientras tanto, personajes como Ricardo Monreal, Pedro Haces y el propio Gómez Leal —quien opera taxis aéreos en EE.UU.— no han sido cuestionados por los mismos grupos, dejando en evidencia el uso político del escándalo mediático.
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