Matamoros. – La violencia que azota las líneas que conectan San Fernando con municipios vecinos vuelve a encender las alarmas, confirmando que la disputa entre las facciones de «Zetas Vieja Escuela» y los «Escorpiones» del Cártel del Golfo sigue vigente. En medio de esta pugna, las corporaciones estatales y federales intensifican sus operativos para contener la ola delictiva que afecta a la región.
En la mañana de este martes, la Secretaría de Seguridad Pública, junto a los Grupos Especiales de Operación de la Guardia Estatal, la Fiscalía y diversas corporaciones federales, respondieron al reporte del hallazgo de seis cuerpos con huellas de violencia en la carretera Reynosa-San Fernando, a la altura del Ejido Plan de Alazán. Los cadáveres, abandonados en un tramo de difícil acceso, son un recordatorio de la brutalidad con la que operan los grupos criminales en la zona.
Desde la madrugada, la situación en el área se tornó crítica. Habitantes del Ejido Doroteo Arango reportaron la presencia de civiles armados y el uso de drones explosivos, una táctica que se está convirtiendo en una herramienta recurrente de los delincuentes para atacar a las fuerzas de seguridad. Estos ataques fueron dirigidos contra elementos de la Guardia Estatal, quienes han intensificado sus operativos para enfrentar y neutralizar a los criminales.
Respuesta de las autoridades
Las fuerzas del orden han incrementado sus esfuerzos en brechas y caminos rurales, buscando desmantelar los refugios de los grupos delictivos que operan en la región. Fuentes cercanas a los operativos confirmaron que se ha reforzado la presencia en zonas de alta incidencia, enfrentando constantes emboscadas y agresiones por parte de los delincuentes.
San Fernando, tristemente conocido por episodios históricos de extrema violencia, sigue siendo un punto clave en la disputa territorial entre los cárteles. Su ubicación estratégica, vital para el tráfico de drogas, armas y personas, intensifica la lucha por el control de esta región.
Mientras tanto, la población civil enfrenta un entorno de constante peligro, atrapada en el fuego cruzado. El temor a quedar en medio de enfrentamientos o ataques es una realidad diaria. Organizaciones civiles han solicitado mayor intervención gubernamental para garantizar la seguridad de los habitantes y restablecer la paz.
Operativos permanentes y coordinados
A pesar de la complejidad de la situación, las fuerzas estatales y federales han asegurado que los operativos en la región continuarán de forma permanente. “No permitiremos que estos grupos sigan operando con impunidad”, declaró un vocero de la Guardia Estatal. Por su parte, la Fiscalía ha iniciado las investigaciones necesarias para identificar a los responsables y esclarecer los hechos.
El Ejido Plan de Alazán y sus alrededores permanecen bajo un operativo de seguridad intensificado, con el objetivo de prevenir nuevos episodios de violencia en una zona que, una vez más, se ha convertido en el epicentro del conflicto. Las autoridades subrayan su compromiso con la erradicación de los grupos delictivos, aunque el desafío sigue siendo enorme en una región marcada por el control criminal y la falta de paz duradera.
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