Ciudad de México.- Según un informe del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y otras agencias que obra en poder de México Código Rojo, el empresario Jorge Alberto García Velasco, presidente del Grupo Burgos y vinculado al controvertido negocio de la importación de hidrocarburos, se ha convertido en una figura central en la campaña de la precandidata de Morena, Claudia Sheinbaum, generando preocupación sobre las posibles implicaciones de la relación entre la llamada Cuarta Transformación y empresarios tamaulipecos ligados al tráfico de combustibles.
Este caso se asemeja al trágico destino del empresario huachicolero Sergio Carmona, cuyo asesinato aún no esclarecido se conmemoró recientemente. Ahora, la atención se centra en el empresario Jorge Alberto García, originario de Reynosa, quien ha sido señalado como apoyador y presunto financiador de la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum. Esto, según información proporcionada por testigos protegidos en Estados Unidos, quienes compartieron desde el 2020 información sobre el uso de recursos del tráfico de hidrocarburos en el corredor San Antonio, Burgos.
García Velasco se destacó durante la firma del «Acuerdo de Unidad para la Transformación» en el puerto de Tampico el pasado 29 de septiembre, evento al que asistieron prominentes líderes de Morena, incluyendo a la propia Sheinbaum, Mario Delgado y Gerardo Fernández Noroña. Firmó el acuerdo en nombre de la sociedad civil, consolidando así su relación cercana con Morena y sus dirigentes nacionales.
Las investigaciones periodísticas sugieren que la relación entre la 4T y empresarios del ramo de la importación de combustibles se mantiene, y la figura de García Velasco es citada como el «nuevo Carmona de la 4T». Al igual que su predecesor, el empresario se beneficia apoyando financieramente a candidatos y obteniendo contratos millonarios en el gobierno a cambio, según las especulaciones.
La historia de Jorge Alberto García incluye un capítulo oscuro en 1998, cuando fue detenido en Arkansas por su presunta participación en el traslado de grandes sumas de dinero relacionadas con el tráfico de drogas desde Chicago, Illinois. Su conexión con la investigación contra el exjefe policiaco mexicano, Guillermo González Calderoni, lo llevó a una condena de 12 años de prisión, aunque recibió una reducción de 5 años por colaborar con la DEA.
Este empresario, dueño del Grupo Burgos, ha dejado atrás esa etapa turbulenta de su vida y ahora goza de reconocimiento en el ámbito empresarial en Texas y, más recientemente, en los círculos políticos de la 4T. Sin embargo, los medios locales en Tamaulipas ya comienzan a cuestionar la relación entre García Velasco y el partido gobernante, sugiriendo que podría convertirse en un actor clave en la financiación de la campaña de Claudia Sheinbaum.
En Tamaulipas se sabe que actualmente está apoyando a Américo Villarreal Santiago, hijo del gobernador Américo Villarreal Anaya, para que este pueda posicionarse en un escaño, así como a Olga Sosa Ruiz, quien pretende alcanzar la senaduría, y, por supuesto, a Mónica Villarreal Anaya, quien sería posicionada para ocupar la presidencia de Tampico, Tamaulipas.
La historia cíclica de la relación entre la Cuarta Transformación y empresarios vinculados al tráfico de combustibles plantea interrogantes sobre la transparencia y las motivaciones detrás de estas alianzas, dejando a la ciudadanía con la incertidumbre sobre el rumbo que tomará esta nueva conexión en el complejo entramado político y empresarial de Tamaulipas.
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