domingo, noviembre 17, 2024
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Cercan a Ovidio Guzmán en escondite rural

Aunque el líder del Cártel de Sinaloa, Ovidio Guzmán, ya estaba ubicado desde hace seis meses en la zona rural de Culiacán, el operativo para su captura estaba en el aire.

El cambio de mando de la Novena Zona Militar fue una señal, informaron fuentes castrenses, para evitar filtraciones sobre el golpe contra «El Ratón».

El miércoles pasado rindió protesta como comandante el General Alfredo Salgado Vargas, en reemplazo de Héctor Ávila Alcocer, quien fue enviado a la 43 Zona Militar en Apatzingán, Michoacán.

Ávila llegó a Culiacán desde julio de 2021, mientras que Salgado estuvo al mando de la 42 Zona Militar en Chihuahua.

Ese enroque provocó el reacomodo de mandos operativos, se indicó. El Ejército tuvo luz verde.

La madrugada de ayer las tropas realizaron reconocimientos terrestres en la comunidad de Jesús María, en la zona serrana de Culiacán, después de que obtuvo la localización de Ovidio Guzmán.

Tras el «Culiacanazo» de 2019, año en el que fue detenido y después liberado el hijo del ex capo del Cártel de Sinaloa, Joaquín «El Chapo» Guzmán, el junior salió de la zona de confort y se movió a localidades rurales de municipios vecinos, como Badiraguato y Mocorito, además de la sindicatura de Jesús María, a unos 46 kilómetros de la capital del estado.

Las fuerzas armadas utilizaron drones y personal encubierto para dar con la ubicación del «objetivo», debido a la simpatía de la población hacia él.

«Desde que sales de Culiacán y tomas a Chema (Jesús María) ya estás ubicado, decenas y decenas de ojos y orejas son parte de la estructura de Ovidio; vendedores, taxistas, policías o campesinos, todos avisan, ese fue parte del riesgo que enfrentó el personal (militar). Del operativo se dieron cuenta (los sicarios de Ovidio) al final, cuando ya estaban sobre ellos», narró un militar que estuvo en Sinaloa hace unas semanas.

La Guardia Nacional por tierra y tropas de las Fuerzas Especiales aerotransportadas en dos helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) incursionaron en Jesús María durante la madrugada.

En algunos domicilios se oyó tambora. Las unidades terrestres fueron detectadas y dio a inicio un enfrentamiento.

«Personal de la Guardia Nacional, con apoyo a distancia del Ejército mexicano, lograron identificar personal armado, a bordo de varias camionetas tipo pickup, algunas con blindaje artesanal característico de las organizaciones criminales.

«La Guardia Nacional se coordinó de manera inmediata con la Novena Zona Militar, en Culiacán, Sinaloa, la autoridad que hizo las coordinaciones con todas las instancias correspondientes», expuso ayer el Secretario de la Defensa Nacional, Cresencio Sandoval.

«Se estableció un esquema operativo de seguridad interinstitucional, que abarcó diferentes círculos de seguridad, estableciendo un cerco perimetral sobre los vehículos sospechosos, a efectos de proceder, conforme a derecho a la detención y revisión de los mismos».

El pueblo de Jesús María se convirtió en un campo de batalla.

La Fuerza Aérea y tiradores del Ejército volvieron a utilizar sus ametralladoras rotativas desde el aire, como en otros sexenios.

Esas armas Minigun calibre 7,62, con una capacidad de ráfaga de 50 tiros por segundo, se emplearon contra las células de Ovidio Guzmán, que respondieron con alto poder de fuego, pero con una puntería pobre y poca posibilidad de respuesta.

En videos subidos a redes se observó a un desesperado gatillero con un fusil Barret calibre .50, considerado antiaéreo. Pero no dio en el blanco en ninguno de sus intentos.

La ofensiva militar contra el grupo de «El Ratón» se prolongó hasta el amanecer, hasta que fue mermado por la metralla aérea.

«Donde te escondas, esa descarga aérea entra en todos lados, te inmoviliza, cada paso de la aeronave te paraliza, es lo más contundente en los operativos, y más cuando los disparos se realizan con el apoyo de infrarrojos y cámaras térmicas; no hay margen de error para que te toque», añadió el militar, consultado sobre el arsenal empleado por las fuerzas armadas.

La Guardia Nacional y efectivos de la Novena Zona Militar ingresaron por tierra al escondite de «El Ratón».

Una casa ubicada en una curva, en los límites de Jesús María con las milpas. Como referencia, dijeron que era «atrás de un súper».

Ovidio Guzmán fue detenido a las 6:30 de la mañana con varios de sus sicarios.

«Después de controlar la agresión directa en contra de las fuerzas de seguridad, se identificó a Ovidio ‘N’ entre los integrantes de este grupo delincuencial, logrando su aseguramiento en posesión de armamento exclusivo del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos», informó Sandoval.

La captura de Guzmán desató una serie de narcobloqueos en Culiacán y municipios aledaños.

«Vino una respuesta ciega y desesperada de la organización criminal de este objetivo, pero no hubo marcha atrás, la orden fue para adelante.

«Pero sí hay preocupación, claro que la hay, sobre todo por los militares que se quedan en Culiacán», dijo un mando del Ejército tras la ceremonia del bicentenario del Heroico Colegio Militar, efectuada ayer en el Campo Marte.

Ovidio Guzmán llegó a la Ciudad de México en el intermedio de la mañanera y la ceremonia del Campo Marte. Fue puesto bajo custodia de la Fiscalía General de la República y llevado a Paseo de la Reforma 75.

El Gabinete de seguridad sonrió por la captura, pero hizo mutis por el saldo que dejó la demostración de cero impunidad en Culiacán, en la víspera de la visita del Presidente Joe Biden a México.


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